LÁGRIMAS DE SAN PEDRO Y GOZOS DE ROGELIO
Mientras más subes las rampas de la Giralda, más cerca te hallas del centro de gravedad de Sevilla. Es una de las proporciones a la inversa de esta rara, extraña y única ciudad. Pero es también la metáfora del espíritu humano, que se encumbra a medida que eleva su situación moral. Rogelio Gómez me ha invitado a poner los pies en la planta inmediatamente superior a la de las jarras de azucenas. Alucinante, que dicen ahora. En tiempos pasados se podía hacer esto, el tope de la visita a la Giralda acababa ahí, igual que hoy termina en el cuerpo de campanas. Yo tengo fotos de mis padres posando en el lugar donde ahora me he encaramado yo. Y conozco una magnífica colección de diapositivas en color de don Miguel Royo, aquel catedrático de Civil de nuestra Facultad de Derecho, que contiene vistas de Sevilla desde donde ahora las he tomado yo con video.
