La Real Liga Naval Española, presentó una conferencia con el título “Francisco Javier Balmis y la Real Expedición Filantrópica de la vacuna de la viruela” a cargo de D. Ignacio Jáuregui Lobera. Dr. en Medicina y Cirugía, Dr. En Psicología y Profesor en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Con asistencia del público que llenaba la sala Pureza de la Casa de las Columna de barrio sevillano de Triana.

Se estima que hacia finales del siglo XVIII la viruela mataba en Europa a 400.000 personas al año, siendo 1796 el año de mayor extensión de dicha enfermedad. Ese año, Edward Jenner descubría la vacuna y tras su introducción en España, desde América se pidió ayuda al Rey de España para atajar allí la infección. El transporte de un fluido tan delicado como la vacuna de España a América en dificilísimas travesías marinas que duraban meses, sin electricidad para mantener la cadena del frío, parecía hacer imposible cualquier intento al respecto. Sin embargo, Balmis, junto con Salvany, lo logró, sirviéndose de niños huérfanos, cuyos cuerpos fueron el medio de transporte de la vacuna.

Afirmar que centenares de miles de personas conocieron la vacunación gracias a Balmis podría ser más o menos acertado. Incluso si el número de vacunados fuera menor, ¿dónde poner el límite a un proceso, como la vacuna, mortal antes de la presencia de Balmis, y que gracias a continuas vacunaciones durante años se inmunizó una parte importante de la población de las colonias españolas? Se sabe que el propio Jenner y otros notables científicos europeos fueron los primeros en reconocer la importancia de la empresa de Balmis.

Pero ese reconocimiento se diluiría con el paso de los años, tras la muerte de Balmis, en 1819, y persiste hoy día. La explicación hay que encontrarla en la mentalidad de los historiadores de la medicina desde principios del siglo XIX, interesados en divulgar los logros de las ciencias médicas sin ir más allá. Ese grave error convierte a Balmis en un héroe en la penumbra de una historia gloriosa y apenas reconocida. Al fin y al cabo, la labor de Balmis representa el comienzo del fin de la viruela. Ideó una red socio-sanitaria que controlaba las epidemias desde las Juntas de Vacuna, establecidas por el territorio hispano hasta después de la Independencia. Tal vez el mayor honor nos lo haya hecho México. Allí, en los libros de Historia de México los niños aprenden que fueron salvados de la viruela gracias a los otros “niños vacuníferos” que llegaron de España. ¿Y aquí?

Al final hubo un breve coloquio, entre los asistentes con preguntas tras lo cual el Dr. Jáuregui Lobera fue muy aplaudido y felicitado.

Fotos Antonio Rendón Domínguez