Asistir a la presentación del primer libro que publica Mariló fué para mí un acto inverso a lo que ella definió que era escribir: Un acto de intimidad que se hace público. Pasé del ruido de saludar a unos y a otros, de la exploración visual a través de los asientos anteriores y posteriores al mio con la mirada fija ante personas conocidas de los medios de comunicación, de los objetivos de las cámaras de fotos a meterme de lleno en la piel de la escritora homenajeada, con la real y clara definición que hizo de ella Lola Alvarez, la periodista sentada a su izquierda. Habla lo preciso,dijo de ella,y asi es y cuando escucha te hace sentir que le importa lo que dices,cosa que corroboro.De mirada inquieta,y por su puesto abierta,añado yo y una adicción clara:La gente. Su marido se sentó frente a ella.Sus hijos, en la misma fila.Su intimidad hecha pública a traves de " Crónicas del Pensamiento Diario, el subtítulo donde grita lo que piensa, lo que le roba momentos de tranquilidad lo que le confunde y cobra forma cuando queda escrito, y, ahí lo reconoce como idea.Con un silencio roto agita debajo de la piel.Agita al que lo lee porque ella lo hizo cuando lo escribió. Escribir es ser un poco más valiente porque entramos en la profundidad de nuestro ser, dejamos el alma y dejamos la piel expuestos al mundo, sin protección alguna.Le decimos al que nos lee ¡Anda mira, esto es lo que soy! ¡Y que se salve quien pueda! Ahora sabemos un poco más de ti, Mariló Montero.
Ángeles Oliveres Ribas.
