... diez años recordando a Antonio Ordóñez, en Ronda...
Homenaje. es bienaventurado aquel que recibe elogios y muestras de afecto. El Maestro Ordóñez lo es, puede sentirse orgulloso de su paso por esta vida nuestra que llamamos Tierra. Hace diez años la muerte le arrebató aquella energía suya, su temple y su elegancia, y sus tremendos anhelos de expansión y diversión. El que fuera el mejor torero del siglo XX, auténtico rey de los ruedos nacionales y mundiales, era también un ser humano ejemplar, un hombre lleno de vitalidad, un tipo generoso y agradable, una persona devota, un rondeño aficionado al vino y al flamenco, un amigo excelente, una persona magnífica. Por esa razón se hace más duro todavía que sólo se le permitiera vivir durante sesenta y seis años, ahora, cuando lo normal es alcanzar cifras superiores a los ochenta.