Es difícil de explicar. Tiene poca comprensión que un equipo con la dupla atacante más realizadora de Primera después de doce jornadas sólo sume 15 puntos. Cuesta entender que un equipo con internacionales por montones no termine de tomar el vuelo en un campeonato en el que todos le daban como uno de los gallitos. Es prácticamente imposible aclarar cómo un equipo que bailó y profanó el Bernabéu hace poco más de tres meses ahora sea incapaz de hincarle el diente al Mallorca. Es más, resulta del todo inútil buscar una causa para dilucidar por qué este Sevilla hay veces que se sale como ante Madrid o Valencia y otras en las que apenas aparece. ¿Motivación? ¿Concentración? Quién sabe. Pero es así. Esta noche el Mallorca ni siquiera tuvo que forzar para irse al descanso con 0-2. En la segunda parte los de Jiménez lo intentaron. Pusieron corazón, pero en el fútbol a veces eso no es suficiente.