Opinión
EL MUNDO ALUCINANTE
Acabo de descubrir, en plena desolación estival, en el sopor de las tardes caldeadas, a casi cincuenta grados, que Spiderman existe, que tiene un equivalente en la vida real; pero, para mi sorpresa, no vive en New York, entre rascacielos que desafían a las alturas e interminables embotellamientos de tráfico, sino que actúa en la zona de la calle Feria, en el centro de Sevilla, en un escenario triste de calles vacías y negocios cerrados.
