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Fue la cifra emblemática de la década prodigiosa. Hoy son dos números sobre la tarta con los años que ha cumplido uno de sus ídolos: Mike Kennedy. A él le parecerá mentira. Y a mí también. Ya he dicho otra vez que vamos llegando a la edad en la que el paso del tiempo parece mentira. Recuerdo que sobre los treinta y cinco sentí los primeros escalofríos por haberlos alcanzado casi sin darme cuenta. Con muchas cosas a la espalda, sí; pero que habían pasado volando. Una de ellas fueron Los Bravos en aquel avión de la portada de uno de sus discos grandes, los elepés. Aquel avión de Iberia que entonces estaba posado y quieto sobre una de las pistas de Barajas, pero acabó despegando para surcar por días y noches de otras épocas diferentes a aquélla.
