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El salón de actos del Ateneo acogió ayer la presentación del libro «Del plomo al bit. La transformación de Vocento en Andalucía» en el que el periodista Manuel Capelo Hernández analiza los cambios que han sufrido las empresas editoras en la última década a consecuencia de la digitalización de la información y de la aparición de nuevas plataformas digitales. Según aclaró el propio autor durante la presentación, el libro «quizá debería haberse llamado «Manual de resistencia» porque cuenta una experiencia personal desde que llegué a ABC, con las linotipias de plomo, hasta que salí con la edición digital», afirmó. Para el investigador en comunicación, «en estos 30 años ha habido una evolución “disruptiva” que no sólo ha afectado a las empresas y a las redacciones, sino a todo el entorno social que nos mueve, y sobre todo a cómo se entiende actualmente la comunicación», señaló.
«El cambio no sólo ha afectado a los medios de comunicación, sino que el fenómeno de la digitalización se nos coló a finales del siglo pasado y ha afectado a todo el entorno social en el que nos movemos. No es un problema exclusivo de los medios de comunicación, sino de lo que está pasando en toda la sociedad. El negocio de la banca, la fotografía o los transportes han cambiado, y como dice Negroponte, empezamos a medir las cosas no por átomos sino por bits».
Con lo que respecta a la redacciones y a las empresas editoras, «se ha pasado de un esquema comunicativo analógico en el que los grupos editoriales tenía redacciones separadas para cada plataforma, gracias al fenómeno de la digitalización se ha podido crear una única redacción que permite un tratamiento integrado de la actualidad para transmitirlo por las diversas plataformas, dijo. «Aunque el proceso de transformación todavía no ha acabado, daría un notable alto a Vocento por cómo ha ido desarrollando todo el proceso de digitalización en sus empresas editoras. Se puede afirmar a pesar de todas las dificultades, que eso le permite afrontar el futuro con mucha más tranquilidad que la competencia», concluyó.
