Tal como ha explicado Encarna Vega, una de las voluntarias del proyecto, “la intención del proyecto es que los niños que estudian en este colegio sólo se ocupen de eso, de estudiar, de jugar y de soñar, como lo harían en cualquier otra zona de Sevilla, sin distinción alguna. En definitiva, que se ocupen simplemente de ser niños”.

Y es que si algo ha conseguido esta banda de soñadores (entre las que hay profesores, periodistas, funcionarios, jubilados, estudiantes, parados...) es contagiar su entusiasmo por doquier, primero con el claustro de profesores, con su director a la cabeza, algunos de los cuales se unieron en los trabajos, y después impregnando de esta nueva filosofía soñadora a todo el colegio público colegio Manuel Giménez Fernández.

De esta manera, en apenas diez días, la magia ha llenado estancias como el comedor, la clase de música, el rincón de reciclado, los pasillos, el rincón de los sueños y, sobre todo, la biblioteca, que ha pasado a denominarse la Biblioteca de los Sueños. Si la fantasía, el color y la imaginación han conquistado lo que antes eran paredes blancas de diferentes espacios del centro escolar, la explosión imaginativa desborda al visitante con un mural espectacular, ideado y pintado por el artista José Luis Marín, voluntario también. Un carrusel de caballos, imaginativos y coloristas, espera atraer a los niños del centro para que se dejen conquistar por la magia de los libros y se esfuercen en ser lo que sueñen ser. En la biblioteca se han comprado libros, alfombras, cojines, juguetes y se han hecho un conjunto de marionetas de manera artesanal.

El proyecto, desarrollado en 10 días, cuenta con un presupuesto de 4.000 euros y numerosas horas de trabajo y paciencia de decenas de voluntarios de 18 a 75 años, todo para que lo más pequeños, sin distinciones geográficas, sueñen y hagan soñar a sus familias.