
Cuarenta mil persona se dieron cita en el estadio Olímpico de Sevilla para asistir al primer concierto de Madonna en su gira española. Sticky and Sweet.
La estrella llegó a Sevilla el mismo día de su concierto, por la tarde y se alojó en el hotel Alfonso XIII
Unos días antes llegaban a la ciudad casi cincuenta camiones de equipamiento de sonido, iluminación, escenografía, instrumentos musicales, herramientas, tecnología audiovisual y vestuario y un equipo de 250 personas dedicadas al montaje y la producción del concierto.
El Estadio Olímpico abrió sus puertas a las 19.30 horas para dar comienzo a la actuación de los teloneros; la artista sueca Robyn y el pinchadiscos español Wally López. El espectáculo de Madonna se dividió en cuatro partes según su temática musical.
Así, en la primera sección, 'Pink', la cantante lució diseños de Givenchy y rindió homenaje al 'Art Deco' de los años 20. En la segunda, bautizada como 'Old School', recuperó sus clásicos de la década de los 80 en Nueva York, con diseños de Jeremy Scott y 'flashes' de Keith Haring. La tercera, 'Gipsy', supuso un retorno a su "Isla Bonita", envuelto en el espíritu de la música folk y el baile con raíces rumanas. Por último, la cuarta sección, 'Rave', fue un espectáculo más futurista con un toque del lejano oriente.
El concierto duró aproximadamente dos horas y la artista estuvo acompañada de 16 bailarines y 12 músicos. Se cambió un total de ocho veces de atuendo en dos escenarios diferentes en los que sonaron 69 guitarras.

