De sueños y faenas
 vivió tu fantasía,
 y tus juegos de niño
 bebieron su toreo.
 Alimentaste tus tardes
 con su muñeca
 divina
 y en tus cuentos infantiles
 su capote escribía.
 Y, luego, más adulto,
 creíste en tus poderes,
 cambiaste noche y risa
 por campo y disciplina.
 Hoy triunfas en los ruedos,
 cintura quebradiza,
 quietud y torería,
 y estampa muy taurina.
 De oro tu muleta,
 de plata tus silencios,
 tú regalas promesas,
 le puedes al futuro,
 tú sabes cómo jugar,
 jugar a jugarte la vida.
 Tú bordas tus misterios, 
 las plazas siempre llenas, 
 tú eres, Talavante,
 aroma y sentimiento,
 torero de esperanzas, 
 torero de valía.