
El maestro cartagenero Ortega Cano cumplió una promesa que había hecho antes de marcharse a Olivenza donde ayer reapareció. Visitó la tumba de su esposa en Chipiona y a la Virgen de Regla. Sobre las cinco y media de la tarde del viernes previo a su reaparición , el torero llegaba hasta el cementerio de San José de Chipiona. También rezó a la Virgen de Regla y luego se reunió con unos amigos en el hotel Al Sur, para entregarles unas entradas que les había prometido. Estaba tranquilo y relajado, con muchas ganas.

