
José Ortega Cano no abandona el riguroso luto que decidió vestir el día que falleció su esposa. El torero visitaba frecuentemente el cementerio de Chipiona, muy temprano, antes de que este abra sus puertas al público, José reza unos minutos ante la tumba de Rocío. La tristeza lo invade pero poco a poco recupera la serenidad. Al día siguiente de asistir arropado por su familia a la misa que tuvo lugar en Chipiona por Rocío, José acudió al cementerio acompañado de su hermano Eugenio.
La tumba de Rocío ha sido cubierta con un toldo para proteger las continuas ofrendas de flores que reciba diariamente. Los admiradores de la cantante visitan su sepultura para orar ante ella y manifestar su cariño.
José, ¿es cierto que podría impugnarse el testamento de Rocío?
- Yo no he dicho nada nunca. Me parece maravilloso lo que ha hecho Rocío. La voluntad de Rocío hay que respetarla al máximo , eso es lo que dije antes y ahora, yo no he dicho nada de nada de nada
¿Es cierto lo que se ha comentado sobre una posible separación entre vosotros?
- Eso es mentira, mentira pura, Rocío y yo estábamos muy enamorados, una relación en la que mucha gente lo puede decir, no sé de donde ha salido eso. Claro, sacan las cosas para que yo diga, y yo no voy a decir nada
¿Te ha molestado?
- No, ni me molesta ni nada, estoy acostumbrado ya
Pero lo ha dicho un periodista que dice que era amigo vuestro
- pues vaya amigo, teniendo amigos así mejor pero en fin
¿Cómo te encuentras?
- Pues dentro de lo que cabe lo voy llevando. Es muy dura la vida sin Rocío, ella lo llenaba todo
¿Los niños?
- Acaban de regresar, se lo han pasado muy bien, intento que sufran lo menos posible, ahora estaremos juntos de vacaciones, queremos pasar estos días en Chipiona

