Cuando uno abandona su profesión, supongo que no se cansa nunca de recibir reconocimientos. Hace poco el Gobierno de Canarias le premió en Lanzarote, el verano pasado la FIBA y la ACB hicieron lo propio en un partido de la selección española (en Vistalegre, contra Grecia), ahora está propuesto para el Premio Canarias del Deporte...
Yo lo que puedo decir, sobre todo en esto del Premio Canarias del Deporte, es la satisfacción que tengo porque la Federación de Gran Canaria, se haya movido por mi propuesta, por proponerme a este premio. Primero porque soy canario, y yo siempre he tenido una filosofía muy clara en la vida: a lo que yo he llegado como árbitro o a donde hoy en día estoy como director arbitral de la Federación Internacional, me lo ha dado mi gente, el baloncesto que ha habido aquí... Es decir, yo estuve en Tenerife jugando y arbitrando y tuve una gran experiencia durante 5 años, estuve en Lanzarote... Si no hubiera vivido aquí, no hubiera llegado a donde he llegado. Siempre he dicho que me enorgullece que por lo menos me sienta candidato a un premio tan importante, que es de reconocimiento autonómico.
Y reconocimientos... pues sí, ha habido muchos. El Gobierno español me dio la medalla de plata al mérito deportivo, la FEB, los medios de comunicación siempre han tenido consideraciones conmigo... En vida deportiva los he tenido, y en la actualidad también la gente me ha demostrado el cariño.
Al final de la temporada 2002- 2003 te retiras del arbitraje ACB, y en abril hará dos años que dejaste de dirigir encuentras de competiciones europeas. Y ahora mismo eres director de arbitraje de FIBA Europa. ¿En qué consiste tu labor actual?
Lo que durante muchos años he hecho aquí, es decir, formar árbitros, instructores y comisarios de toda Europa. La Federación Internacional tiene 350 árbitros, 150 comisarios, alrededor de 50 instructores que representan a 50 federaciones europeas, y mi función es ser el director arbitral de toda Europa, y el que debería llevar la responsabilidad de los árbitros para los grandes campeonatos como el año pasado el Europeo. De ahí viene ese papel de coordinador arbitral. Lo más importante de todo es que yo he estado aplicando lo que durante años he aplicado aquí en Canarias en la formación de árbitros. Hoy en día podemos decir que el nivel arbitral que tenemos en Canarias no lo tiene nadie, y esto nos ha convertido en un referente. Ahora, Canarias también se ha convertido en un referente de la formación de árbitros. Con el centro de estudios del arbitraje que tenemos en la Universidad ya hemos firmado el convenio con la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), con la FIFA... Nosotros mandamos ahora a dos miembros nuestros del centro de estudios de la Universidad al Mundial de fútbol, en Alemania, donde van a estar 45 días con nuestro programa de observación arbitral. Los árbitros del Mundial arbitran, y esa misma noche preparar todo el material didáctico para discusión, para intentar mejorar cada día en la competición.
Empiezas a arbitrar en la temporada 1972- 73, con apenas 14 años, y han sido casi 30 al final. Haciendo balance de todos estos años, ¿te imaginas que sería de Miguelo Betancor si no hubiese sido árbitro?
Si no hubiese sido árbitro, a lo mejor hubiese estado ligado al baloncesto; siempre me ha gustado, ha sido mi vida en todos lo sentidos. Pensando no haber sido árbitro, pues no me lo hubiera imaginado. Porque muy absorbente esa dedicación plena al baloncesto desde los 14 años, aunque no me he olvidado de algo que siempre le digo a todo el mundo: mis estudios. Pero no me hubiera imaginado mi vida sin el baloncesto, me lo ha dado todo.
¿Qué recuerdos tiene de esos primeros años?
Muy buenos. Yo ahora, es un detalle, estuve en el Europeo femenino en Turquía como director arbitral, y me encuentro con el seleccionado nacional, Domingo Díaz, que también es canario. Es un orgullo, porque yo empecé arbitrando en Rodríguez Monroy (lugar de entrenamiento de las categorías inferiores del CB Islas Canarias), y empecé arbitrándole a él como entrenador y jugador, y a su mujer (Begoña Santana). Vivimos lejos, pero también somos grandes en muchas cosas. Y eso son los recuerdos que te quedan. O ver jugadores que han llegado a un altísimo nivel, árbitros que también los están haciendo, entrenadores... Eso, en cierta manera, te pone en un punto de vistas bastante positivo.
Eres profesor de la ULPGC (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria). A largos de los años, con tantos viajes por España, Europa y el resto del mundo, supongo que le habrá costado compaginar dos trabajos tan estresantes, cada uno a su manera.
Pues sí que era muy estresante. Tenía que coordinar los horarios de clase con los viajes. Estás de viaje un fin de semana porque vienes de pitar, vuelves a dar clase y a los dos días tienes que coger un avión para ir a Israel a pitar un partido. O llegan las vacaciones de verano y tenía que pitar un Europeo o una Copa de América. No has tenido vida. Es decir, has tenido vida, muy bonita, porque es como una adicción. Y ahora que me he retirado he empezado a valorar las pequeñas cosas. Cosas como salir con los amigos, disfrutar más de la familia, hasta de conocer la propia isla (Gran Canaria). Yo nunca tuve un fin de semana libre, ha sido un gran sacrificio. Mucha satisfacción, pero también mucho sacrificio profesional, personal y familiar.
Con tantos años y partidos, habrás vivido muchas situaciones importantes. Por ejemplo, pitar en Grecia tiene que ser toda una experiencia.
Pues sí. Yo me acuerdo el último Europeo que pité en Grecia tuve que desconectar mi teléfono en el hotel porque me llamaban para insultarme. Eso fue cuando Grecia perdió la semifinal. O por ejemplo, la semana pasada yo viajaba a Chipre, y viajaba en dirección a Atenas, y yo ya retirado, y había aficionados del Panathinaikos, hablaban contigo... De Grecia tengo muchas referencias, buenas y malas, sobre todo cuando pitaba los Olympiakos- Panathinaikos, que eso era como cuando nosotros pitábamos las grandes rivalidades, por ejemplo en Tenerife el Náutico contra La Laguna. Pero todo el mundo se queda con la final olímpica, a todo el mundo le ha llamado la atención.
En concreto, la famosa técnica a Charles Barkley.
Para mi fue una cosa tan natural... Yo no miro si un jugador es o no una estrella: es un jugador. Yo trato a todos con el mismo rasero. A todo el mundo le llamó la atención que a una estrella le pitara una técnica. La final olímpica estuvo bien, pero hay otras muchas cosas. A mi por ejemplo me gustó mucho la final del Europeo en Munich. Yo era muy joven, e incluso pité con salmonelosis, me tenían que inyectar cada día. Cuando me dijeron que pitaba la final... Fue para mi un momento muy importante. He tenido partidos importantes incluso aquí. Ahora en un puesto internacional es muy difícil, estoy mucho de viaje. Tengo que ir a sitios como Moscú, donde la Federación Rusa quiera que lleve un proyecto de formación de lo que estamos haciendo con la Universidad, lo más probable es que tenga que ir a China... Cuando estoy aquí siempre me ha gustado pitar. Me acuerdo cuando iba a las concentraciones de minibasket, a Santa Brígida... Siempre me he sentido orgulloso de donde soy. Aunque me case con una catalana, pero soy de aquí (se ríe).
¿En qué consiste el programa Intranet puesto en marcha por la ULPGC?
Durante muchos años, la ULPGC es un centro que ha marcado un hito histórico en la investigación, en concreto del ámbito arbitral, al crear un centro de estudios para el arbitraje deportivo, que dirijo yo, fuera de mis clases como profesor. Es un centro en el que hemos querido crear una plataforma educativa en Internet. Hemos diseñado una plataforma para todos los árbitros internacionales y europeos, tanto de baloncesto como de la FIFA. Hemos diseñado una plataforma para árbitros, otra para instructores, y también hemos diseñado, en el último Europeo, el acta digital. Todos los datos que se recogen en un partido están dentro de un software digitalizado donde cada dato que se recoge en el acta, automáticamente se ve en vídeo. Ya se ha puesto a prueba en Belgrado (sede del último Europeo masculino), y puedo decir que en el 2007, en el Europeo de España, va a ser ya oficial.
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Cualquier jugada se podría ver sobre la marcha. Yo, cuando en Belgrado vi un partido para evaluarlo, en media hora lo hice, porque seleccionas todas las decisiones del árbitro en el partido. Y ese programa está hecho por nosotros, por canarios, por la Universidad, por la gente de aquí. Es un programa que ya está oficialmente integrado en la Federación Internacional. Se va a usar en el próximo Europeo, me han llamado de América (la FIBA América), me han llamado de Finlandia... Eso es para mi una gran satisfacción; es un centro que se creó en su momento, que muchos a lo mejor no creían, pero que hoy en día tiene un arraigo internacional. Ahora mismo, en dos meses, estamos desarrollando materiales didácticos, tanto para el Mundial de fútbol, como para el baloncesto.
Repasando tu trayectoria dentro del baloncesto español, desde la temporada 1989- 90 hasta la 2000- 2001, has dirigido ininterrumpidamente partidos de finales ACB. Un récord simplemente impresionante.
Dicen que tengo el récord de haber pitado más finales. ¿Sabes lo qué pasa? Que ustedes, los medios de comunicación, los aficionados, todos son más de estadísticas. Y yo, por ejemplo, cuando me pidieron el currículum para lo del Premio Canarias del Deporte (que finalmente no ganó) me costó mucho recordar. Muchos amigos y aficionados me habían recordado determinadas finales... A lo mejor, muchos dirían que este no se acuerda porque ha pitado muchas. Pero es que yo realmente iba a pitar, me gustaba.
Claro, supongo que a uno le gusta de verdad su trabajo, mira menos a las estadísticas.
Exacto. Cuando me dicen ¿cuántas finales en España?, pues muchas. ¿Cuál es la que más te gusta?, pues la final de Copa del Rey que pité en Las Palmas, es la final de Copa que más me acuerdo. Pero lo más importante, que a mí siempre me ha marcado, es el aprecio y el cariño de la gente. Que cualquier árbitro tenga claro que no colecciona trofeos. Yo ahora en mi casa tengo problemas, porque en la vida deportiva te han dados muchos trofeos y distinciones y el problema es colocarlos, porque ¡mi mujer no me deja! (se ríe). El único premio que se va a llevar un árbitro cuando se retire es que la gente diga: fue honesto arbitrando. Una persona justa, ese es el trofeo más valioso, es lo que yo realmente considero. A la gente le habrá gustado o no como yo he arbitrado, si cometía errores, un día mejor, un día peor. Pero la gente sabe perfectamente que cuando pitaba, pitaba lo que sentía y veía; siempre he sido una persona íntegra. A mi me han intentado comprar dos veces: una en Grecia, con un Rolex de oro; y otra en Rusia, con un sobre con dólares. El gran premio para mi fue que las dos veces lo denuncié.
Ustedes me preguntan por las finales, estadísticas sobre los partidos que he pitado (600 internacionales), o por todo el mundo que arbitrado competiciones. La gran satisfacción que tengo yo es haber sido una persona honesta, lo que no significa que haya pitado mal, que haya tenido malos partidos, o que algunas decisiones mías hayan influido en ese momento en el partido. Pero me miro al espejo y me siento honesto, y ese es el trofeo más valioso que yo guardo.
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