Tan mal les fue la cosa que debieron trasladarse a la cuna de Elvis Presley y darle los galones a un debutante español: Gasol. Y, poco a poco, fueron subiendo los escalones precisos para cambiar de nivel: se convirtieron en un equipo ganador, accedieron a los «playoffs» e hicieron concebir esperanzas de gloria a sus aficionados. Pero no siempre es fácil conjugar los caracteres de los jugadores con los del cuadro técnico, sobre todo cuando aquellos se van haciendo con el poder. De ahí que la situación estallara el año pasado.
El veterano Hubie Brown presentó la renuncia y al experimentado Mike Fratello le tocó la «patata caliente» de lidiar con un plantel descontento y con muchos lesionados. Aún así, Pau tiró del carro hasta la segunda participación consecutiva en la fase final, aunque sin suerte. Y volvieron a caer sin haber ganado un solo partido.
La solución la vio clara Jerry West, un manager respetado por haber construido a los últimos Lakers campeones: fuera problemas. Y más de media plantilla se ha ido a la calle. Ya no están Jayson Williams, James Posey, Bonzi Wells o Stromile Swift. Ahora los nombres en los que fijarse serán Eddie Jones (escolta «all star» que es un seguro de vida), Bobby Jackson (ex base de Sacramento, con muchos duelos ganados a sus espaldas) y Damon Stoudamire (ex director de juego de los Blazers, que sabe bien lo que es un vestuario conflictivo). Como se ve, jugadores exteriores. Hombres que facilitarán el trabajo para que el barcelonés pueda desenvolverse a sus anchas por el interior. Expertos y buena gente. Al menos los propósitos iniciales de West ya están cumplidos.
Mike James, rival del extremeño
Mas si Gasol ha conseguido que le construyan un equipo en torno a él, Calderón tiene que demostrar mucho esta temporada. Llega a un cuadro muy apoyado por su público, pero a la vez exigente y ya muy curtido en fracasos. Alonzo Mourning nunca quiso jugar con ellos, la llegada de Sam Mitchell significó el final de la era Carter y el inicio de hostilidades con Rafer Alston. Por eso, el extremeño puede sacar provecho de la marejada. Aunque acaban de fichar a Mike James, la plaza de base titular puede caer en cualquier momento, Alvin Williams se perderá el año por lesión y sólo Jalen Rose tiene el puesto ganado. El entrenador quiere hacer tabla rasa y darle a cada cual su oportunidad. Y José Manuel tiene calidad para aprovecharla.
«Tengo aún problemas con el idioma - reconoce el extremeño- , pero en la cancha me entiendo a la perfección con mis compañeros. Lo que puedo asegurar es que voy a dar el cien por cien y que estaré igual de dispuesto si juego los 48 minutos como si me quedo en el banquillo. Lo que quiero es que el equipo gane partidos».
La primera cita de los españoles está servida: Gasol se enfrentará a los Bulls y Calderón, a los Jazz. A partir de ahora, la NBA no parará en los próximos nueve meses.