Sobre la colina de Calton Hill con vistas a la ciudad de Edimburgo se alza lo que parecen ser las ruinas de un antiguo templo de la Grecia clásica.
En este montículo, se encuentra el monumento nacional de Escocia a los soldados y marineros escoceses que murieron luchando en las Guerras Napoleónicas, nunca llegó a completarse, quedando sólo las doce columnas que se ven hoy.
Según la inscripción, su objetivo era ser "un monumento conmemorativo del pasado y un incentivo para el heroísmo futuro de los hombres de Escocia". Es el Monumento Nacional de Escocia y con razón parece que le falta algo, pues, tras casi doscientos años, permanece inacabado.
Según se afirma en Histórico Reino Unido, la génesis de este monumento se remonta a 1815, cuando se propuso la idea de honrar las vidas perdidas en las Guerras Napoleónicas. Aunque se pensó construir este santuario en Londres, también se propuso construir otro en Edimburgo o Dublín para que los visitantes pudieran presentar sus respetos sin tener que viajar a Londres. Pronto se decidió que Edimburgo sería la sede del monumento, ya que también estimularía el interés por el país.
Según The Scotsman, el monumento fue diseñado por William Playfair y se basó en el Partenón de Atenas (Grecia). Entre sus otras características se incluían el interior de una iglesia y catacumbas bajo el monumento, combinando esencialmente múltiples elementos para celebrar las vidas y muertes de valientes escoceses. Una vez acordado el diseño, personalidades escocesas como Sir Walter Scott, Lord Elgin y Lord Cockburn se pusieron manos a la obra para promover el proyecto y recaudar los fondos necesarios para su construcción.
Difícil creer que una empresa con tanto apoyo y tan buenas intenciones acabe siendo una vergüenza para todo un país, pero eso es exactamente lo que ocurrió con el famoso monumento. The Scotsman afirma que, a pesar de que sólo se había reunido una fracción de los fondos necesarios, en 1826 se inició la construcción del monumento con la impresión de que el resto de los fondos estaría en camino. Pero esto nunca llegó a suceder, y la construcción finalizó en 1829 con sólo una parte de la estructura construida. Otro problema al que se enfrentó el monumento fue que Edimburgo estaba creciendo rápidamente, lo que significó que otros numerosos proyectos de construcción cívica tuvieron prioridad sobre el monumento, por lo que éste quedó relegado a un segundo plano.
El Monumento Nacional de Calton Hill, en Edimburgo, fue bautizado como "La desgracia de Escocia", "El orgullo y la pobreza de Escocia" o "La vergüenza de Edimburgo", y se supone que era un monumento a los escoceses que murieron en las guerras napoleónicas.
Foto Antonio Rendón Domínguez