La candidata de IU por Chipiona ha sido la alcaldesa más efímera de España. Los siete concejales del PSOE la votaron regidora, pero ella renunció.
-¿Qué sintió cuando fue elegida alcaldesa de Chipiona?-Una mezcla de sensaciones. Por un lado, me dio rabia porque era una encerrona del PSOE, pero al mismo tiempo estaba emocionada por ser la alcaldesa de mi pueblo. Cuando te presentas a unas elecciones, siempre aspiras a ganarlas. Y todo eso con la plazoleta llena de gente, entre abucheos, gritos, aplausos.
-¿En diez días da tiempo a ejercer de alcaldesa?
-El Ayuntamiento se constituyó el sábado 11 y el lunes 13 presenté mi renuncia a la Alcaldía, pero hubo que esperar diez días al Pleno para formalizarla. Había que gestionar el día a día. Nos cogió la romería de la Virgen de Regla del Pinar, empezaba la temporada de playas, y en Chipiona, la población de 18.000 habitantes se multiplica por diez y por quince, y había que gestionar las nóminas de los trabajadores, con el adicional de las pagas extraordinarias.
-¿Se sintió alcaldesa?
-Cuando cojo el bastón de mando, lo primero que digo en la sesión de investidura es que yo no soy la alcaldesa que el pueblo ha votado.
-¿Guarda las felicitaciones?
-Hubo gente que me dijo que no me había votado, pero que no le importaría que me quedara.
-Compartía militancia con Rafael Alberti.
-Yo ingreso en las Juventudes Comunistas con 17 años. Alberti nos pintó un año el cartel de Carnaval. Tengo una agrupación de Cabalgata del Carnaval, Los Espumas, doscientas personas. Yo me encargo del diseño, nuestros disfraces tienen fama porque son reciclados. El primer año los hicimos con papel de periódico.
-Con todo lo que han escrito de usted, podría disfrazar a todo un ejército...
-La repercusión mediática fue bestial. El gesto en sí. Me sorprendió que sorprendiera tanto.
-¿Le ha reprendido Cayo Lara que IU propiciara que en Chipiona gobierne un alcalde del PP?
-No hemos propiciado nada. No hablé con Cayo Lara. Se planteó que iba a venir a Chipiona. En Izquierda Unida había una postura de no pactar con el PP. El pueblo nos dio la llave del Gobierno y no quería mayoría. Nosotros no ponemos ni quitamos alcaldes. Los pone y los quita el pueblo.
-¿No fue posible el llamado gobierno de progreso?
-La experiencia de gobierno con los socialistas fue nefasta. Nos ponían piedras en el camino, nos ninguneaban. Nos salimos de ese gobierno cuando surgió el caso Sanlúcar (la compra de un concejal del PP para que el PSOE gobernara en ese municipio), no podíamos formar parte de un gobierno donde había un político corrupto. Y cuando pasamos a la oposición, su comportamiento hacia nosotros fue antidemocrático.
-¿Hay pinza en Chipiona?
-El anterior alcalde, Manuel García, estuvo mareando lo de la pinza cuando ellos tenían mayoría absoluta y entre IU y PP sumábamos cinco concejales.
-Tiene que ser duro pasar de la mayoría absoluta a la oposición.
-Pues sí, pero cada uno recoge lo que siembra.
-John Reed retrató la revolución rusa en Diez días que cambiaron el mundo. ¿Estos diez días han cambiado su mundo?
-Lo vivimos con normalidad entre comillas. Mi marido es militante de base, además de marido es compañero y camarada.
-Alcaldesa por diez días. ¿Y después?
-Estuve trabajando en una empresa privada catorce años hasta que entré como cargo de confianza en el Ayuntamiento. No me pareció bien volver a la empresa. Tenía mi tarjeta de paro, de demanda activa y me llamaron para un taller de empleo que encajaba con mi perfil. Un taller de operador de cámara. Nunca es tarde para aprender.
-¿Qué cine le gusta?
-Las películas de cine clásico.
-¿Conoció a Rocío Jurado?
-No la traté, pero sí coincidí. Una prima suya llamada Rocío Jurado fue concejal. Yo de joven era muy bailona, de música pachanguera. Después me aficioné más a los cantautores: Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel, Sabina.
-¿Es Chipiona la Extremadura andaluza? -En absoluto. Nosotros no hemos traspasado ninguna línea roja. Hay una postura federal, pero cada pueblo tiene su problemática y las personas que vivimos en los pueblos conocemos de cerca las demandas y necesidades.
-Desde el faro se ve el mundo. ¿Dónde iría de viaje?
-Me queda todo porque el mundo es tan grande... Me encantó San Sebastián.
-¿Se cabe en las playas?
-Siempre hay un sitio. Tengo poco tiempo. El trabajo, la familia, la política.
(*)Publicado en todos los periódicos del Grupo Joly